miércoles, 7 de diciembre de 2011

Vive como Puedas

"La vida es para vivirla, no para escribirla, aunque eso diezme el porcentaje de su recuerdo o incluso lo anule o lo adultere según el capricho de la memoria, que es siempre subjetiva e injusta"
¿Conocen a Luis? No, pues deberían. Bueno igual ustedes todavía no conocen a Luis, un tipo con cuarenta y tres años con cuatro hijos y un trabajo en una fundación de energías alternativas, que además escribe guiones de situación. ¿Les suena? No, bueno igual no se llame Luis, igual se llama Pedro o María, pero seguro que alguno de ustedes conoce a un tipo que se pone a escribir mientras la luna riela, mientras el silencio llega a la casa y compagina, mal o bien, ese trabajo con otro, con el que le da de comer a él y a su familia. En este caso, dos familias. Sí, lo han adivinado, está divorciado. Pero lo importante no son las cosas que le pasan -que son bastantes y divertidas- sino la filosofía que encierra en su interior, dibujándola en los personajes: el egoísmo y las dudas de Luis, las preguntas filosóficas de Everest, la visión magnífica de la vida que tiene Valle, el vive como quieres de Dumbo (que al final se transforma en un vive como puedes). Una filosofía vital que se tiñe de humor pero que te cala dentro como el agua de mayo. Porque Vive como Puedas no deja de ser un reflejo de nuestra vida, despertarse al borde de los cuarenta y ver que la caja de regalo que teníamos a los veinte dejó de estar cubierta de papel de colores y se ha trasformado en un envoltorio que tapa la nada, esa que vemos cada mañana. Porque los sueños que teníamos a los veinte siguen siendo sueños y ahora nos damos de bruces con una realidad de prisas y trabajo de cien horas para alimentar a nuestros hijos. Entre situaciones delirantes (les confieso que me he imaginado perfectamente una película llena de gags), problemas mayúsculos y minúsculos, me he quedado con la filosofía vital de Valle, una niña de diez años que tiene tan claro lo que es la vida que ahora mismo me gustaría reencarnarme en ella.

¿Cómo no va a gustarles la novela si seguro que más de uno protagoniza la novela? Estoy casi segura que muchos de ustedes le roban horas al sueño para escribir y acaban despertando al día siguiente con ojeras y resaca de mal dormir una noche. Estoy segura que muchos de ustedes desempeñan un trabajo que no deberían. Estoy segura que alguno de ustedes sueña con seguir viviendo como si tuvieran veinte años cuando traspasan los cuarenta. Estoy casi segura que más de uno sigue deseando a otra mujer, no con quien se acuestan cada noche en sábanas de algodón mal planchadas, porque ya saben, no hay tiempo. Es más estoy segurísima que desearían dejar de salir a correr y tomar magnesio a cambio de un buen café y una charla desenfadada en un bar. 


A veces, una palabra "equilicuá" te lleva a reescribir tu vida, o a revivirla. A veces, las menos, uno también vive sus sueños a los cuarenta años y de repente lo entiende todo. Sólo necesita un estímulo. ¿Se lo van a perder?

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